Brandingfobia > Mono / Diego Grinbaum

Intervenciones y collage sobre impresos y fotografías.propias y de terceros.

Técnicas... tinta sobre postales, revistas y catálogos.

Aerosoles, marcadores, corrector, letraset y pegatinas.

El proceso de formar y construir una marca, hecho por esos tecnócratas de la mercadotecnia, lleva a la gráfica y a la fotografía por caminos de instintos sexualmente gastados. Esto pasa, en gran parte, en la comunicación de las marcas de moda.  Las campañas repiten el objeto "putita" una y otra vez, en esta pose o en la otra. De tan repetitivas y vejadas a baldazos de gaussian blur, pocos se dan cuenta del larvado creativo que exponen para el que sabe ver. El ojo pícaro de Mono supo ver el lienzo desnudo oculto entre capas de marketing gráfico y promoción de producto. Su intervención no ultraja la imagen de la "putita", asociada a lo sensual y ofensivamente sexista, sino que la potencia hasta hacerla sensitivamente misteriosa. Las putitas se revelan cual Irma Veps, de felinas provocaciones enmascaradas y ajustados trajes de palabras. Con su operación directa, "hand made", Mono anexa la foto a su propia campaña dadaista, a su cosmos brandingfóbico, donde esos avisos gráficos agotados se resignifican. El átomo, que en la pintura es la huella personal del gesto del artista sobre una mínima porción del lienzo, es en la pincelada de Mono el "Atom Mota". Este átomo travieso se expande con baños de lechazos y bukkakes tipográficos. El Atom Mota se propaga cubritivamente en forma de frases tan ricas en significados que podrían ser fuente inagotable para los polígrafos del slogan. Los Fake maker de la publicidad deberían doblegarse.

Lucas Varela

HÁBITAnTes

HÁBITAnTes

Inauguración: 09 de Marzo, 20hs. Cierre: 13 de Abril de 2012.

Un mundo enorme, luminoso, acogedor, repleto de colores vibrantes es el mundo-postal que idealizamos en nuestras fantasías de paraíso perdido. Pero el hábitat que poseemos, el que hacemos nuestro cada día, es en realidad algo ideológicamente diferente.

Nuestro lugar es aquel que nos da forma después de haber sido torneado por nosotros. Es el que supimos llenar de sombras, de abandonos, de límites superados, de construcciones cansadas, de canibalismo, de extrañas conjunciones humanas. Ese mundo que desafiamos, contra el que nos lanzamos hasta ponerlo del revés; ese mundo, hábitat de preguntas y de pasiones, es el que las miradas escrutadoras de Nana Simone Micheli y Hernán Chinaski recrean y evidencian ante nuestros ojos adormilados.

Son miradas retenidas en instantes alejados de lo supuesto, contenidas en un espacio donde lo no convencional  es el hilo de Ariadna que guía el espacio de la galería Montana.

Gabriela Bilbao

Reseña en Ramona Web:

http://www.ramona.org.ar/node/41716